Multitudinario Carnaval Mazahua en Tlalpujahua une a Indígenas en su fe

Miguel Ángel Sánchez  CuasarTV MiMorelia
Imágenes Juan Manuel Álvarez

Tlalpujahua, Michoacán. Una multitud de danzantes indígenas, con trajes típicos, penachos y bailes al son de los tambores, protagonizaron el carnaval Mazahua, en Tlalpujahua, Michoacán, pueblo mágico y profundamente religioso. “Es alegría, una promesa que se viene a hacer al Cristo, es muy bonito venir a danzar”, expresó Yazmín Valdez Martínez, danzante Mazahua.
En el atrio del Santuario de Nuestra Señora del Carmen se colocaron 63 réplicas, una por cada comunidad, de la imagen del Señor del Monte,  venerado por los mazahuas, y a quien este Martes de Carnaval vinieron a venerarlo.
Esta tradición inició hace 405 años; los indígenas danzan para honrar al  Cristo, elaborado con pasta de caña de maíz y jugo de orquídeas. Entre la multitud llegan los santiagueros, pastorelas, sonajeros, chinelos, así como los concheros, que se agregaron este año, todos provenientes de las zonas mazahuas de Michoacán y del Estado de México.
Al iniciar el ocaso, el Señor del Monte salió  de su capilla para recorrer las calles empedradas de Tlalpujahua.
La imagen del Siglo XVI sale dos veces al año, una en Semana Santa durante la Procesión de los Cristos, y el Martes de Carnaval.
“El fervor y la devoción de toda esta gente se transmite de generación en generación, eso los hizo salir en procesión del templo y venir a dar gracias a la Virgen del Carmen”, evocó Gabriela Marín Colín, directora de Turismo de Tlalpujahua.
Alrededor de 2 mil 700 danzantes acompañaron al Señor del Monte hasta el Santuario de la Virgen del Carmen. Momento que recrea la visita de un hijo a su madre. “Es muy milagrosa esta imagen, el Señor del Monte; por ejemplo una persona que toma mucho o que está enferma,  pedimos por ella. El Señor del Monte le da alivio”, dijo Juana Javier Cruz, fiel creyente. Anteriormente, el Cristo era nombrado el Señor de la Soledad, pero desde el 27 de mayo de 1937, cuando por una inundación se destruyó gran parte de este pueblo, excepto la capilla donde se encontraba la imagen,  los moradores decidieron cambiarle el nombre a el Señor del Monte. “El único lugar que se salvó de esa inundación, fue la capillita donde estaba el Señor de la Soledad, a partir de esa fecha le pusieron el Señor del Monte”, rememoró Javier Juárez Bobadilla, habitante de Tlalpujahua. En la inundación se salvaron 38 personas que estaban dentro del templo, hecho que ha reforzado la fe de miles de devotos, que dicen haber recibido muestras genuinas de milagros. ”Mi hijo, que tiene casi 30 años, estaba enfermo, entonces yo le pedí al Señor del Monte por él, ya no me daban esperanzas y sanó”, compartió María Paz Colín, danzante de Angangueo.La gente vuelca toda su fe en el Señor del Monte. Cristina Cruz, por ejemplo, siempre pide por su patrimonio. Después de casi tres horas de recorrido, el Señor del Monte regresó a su recinto con el repicar de las campanas de la capilla. Así se vivió una tradición única en México, que sólo puede ocurrir en un pueblo mágico, profundamente religioso y fiel a sus creencias y tradiciones.

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