Tocuaro, ritos paganos en torno a La Candelaria en Michoacán


Sandra Sáenz CuasarTv MiMorelia
Morelia, Mich., 03 de febrero de 2013.- Entre ritos paganos, cantos y bailes,  el bien venció al mal en Tócuaro, municipio de Erongarícuaro, Michoacán, tras una enfrascada lucha con diablos y ángeles en una pastorela para celebrar a La Candelaria este 2 de febrero. Julio Reyes, habitante Tócuaro, explicó que los personajes de la pastorela son “tres diablos, un ermitaño, un ángel, ocho pastores,  y un viejo del capote; la danza tiene muchos años, es la batalla campal entre el bien y el mal,
de hecho los diablos, Lucifer, Pecado y Astucia, combaten con el ángel Miguel, el viejo del capote es el que trae a todos los enmascarados, para acompañar el viaje con los pastores y el ermitaño es el que protege en este caso al ángel Miguel”, detalló.
Un rosario en el templo del lugar da inicio a esta centenaria tradición surgida quizá de un mito, cuando una mujer llamada Candelaria que llegó hasta Tócuaro con los pies descalzos y sangrando logró unir a sus habitantes como una familia, al reunir en aquel tiempo dinero para calzarla
.
“Al juntar esa limosna para comprarle guaraches a la niña que andaba descalcita (Candelaria) y que de ahí empezó la tradición del 2 de febrero (en Tócuaro), juntaron esa limosnita e hicieron una misa y después al siguiente año, pues, ya música, al tercero ya pastorela para adorar a la virgencita, porque ya le habían comprado guarache y que se llama Parande, porque es parranda de niños”, pormenorizó la señora Gudelia Carpio Bernabé,  sobre las festividades del día de La Candelaria en ese municipio.
En esta comunidad ubicada en la rivera del lago de Pátzcuaro, la artesanía también forma parte de está tradición, ya que casi todos los integrantes de la pastorela portan ostentosas máscaras que son elaboradas por habitantes del lugar, producto de un concurso artesanal.
“Las máscaras de diablo siempre deben de traer culebras, ya que es la representación del mal, ante la religión la culebra siempre significa el diablo, entonces por eso es que todos los diablos traen máscaras de culebras ninguna se repite, año con años son máscaras innovadoras”, aseguró el señor Julio Reyes, sobre las artesanías que se utilizan en la celebración.
Aquí en Tócuaro no se arrulla el niño, pero se demuestra como los menores pueden caer en el pecado con esta  fiesta que da inicio el 12 de diciembre con la celebración a La Guadalupana, el 26 de enero con La Pacanda, que consiste emborrachar a los niños casa por casa, y culmina este 2 de febrero con la Paracua, que es la fiesta organizada por cuatro cargueros.
“Aquí se acostumbra de que cada casa sale uno a  juntar 20 pesos, pero ahí le dan vino a los niños y las señoras nos dan dulces, ahí bailamos revueltos niños y adultos; es con los tamborcitos y andan los niños bailando borrachitos, se duermen los lleva uno a su casa a dormir y se salen y siguen tomando”, señaló Gudelia Carpio Bernabé, abuela de una de los ccargueros que organiza las festividades.
María Marbella Castillo García, habitante de Tócuaro, explicó que los cargueros “organizan los alimentos para la banda (de música), igual ellos son los que pagan, además  deben buscar a la persona que ensaye lo que va a ser ahorita la danza. Tócuaro es como una familia, entre familia surge quien le va a ayudar (para llevar a cabo las celebraciones)”, afirmó.
Esta centenaria tradición ha logrado incluso que visitantes extranjeros hayan decidido quedarse a vivir en la zona.
“(Vivo en Tócuaro) porque es mucho más tranquilo, mucha gente no cree que es tranquilo, pero para mi ha sido muy tranquilo aquí Michoacán, estoy aquí por los bailables, la danza, cada año vengo aquí”, aseguró Thomas, originario de Nueva York.
La fiesta de la candelaria en Tócuaro, inicia el 2 de febrero con la fiesta en todo el pueblo organizada por cuatro cargueros y culmina el día tres con una celebración denominada Paracua, que es la repartición de cientos de litros de atole y pan entre la población.

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